El escrito de hoy va para los familiares y/o seres queridos del paciente alcohólico.
Espero que les alegrará saber que NO es nada personal contra ustedes. Ni su paciente ni su enferemedad.
¿Qué si me he vuelto loco? No, solo quiero aliviar un poco si puedo su dolor.
Desglosemos. Usted dirá que como es que no es personal si le está afectando en su vida y además, de forma muy grave.Y entiendo que lo piense.
Podríamos decir que le ha tocado a usted, pero recuerde que a su paciente le ha tocado ser el alcohólico. No se trata de buscar culpables, ni motivos, se trata de aceptar que está enfermo y que su paciente no se ha vuelto alcohólico por que ha decidido amargarle la vida.
Esto es lo más dÍficil, separar la relación personal de la enfermedad, y en muchos casos, el que no permite esta separación de conceptos es el mismo alcohólico haciéndole sentir culpable en muchas ocasiones de lo que sucede, pero no le haga caso, él no está en condiciones y cuando le ataca es para defenderse.
Si entiende lo que le quiero decir, si mira a su familiar como paciente (sé que es muy díficil) probablemente usted llevará mejor la situación, por que ya que le ha tocado, tiene dos opciones:
-IRSE
-QUEDARSE
Si decide quedarse, no se haga más daño y entienda que tiene que tratar de ayudarlo de una forma que no ha hecho hasta ahora, aceptando todo lo anterior descrito. Muchos familiares no entienden esto, algunas parejas de ellos se piensan que con el amor debería bastar, no entienden que prefieran el alcohol, no entienden que la substancia que lleva el alcohol les crea la dependencia y que por mucho que éste les prometa, falle una y otra vez. Es cuando se lo toman como ALGO PERSONAL.
Si lo que se ha hecho hasta la fecha no ha funcionado, hay que probar otras fórmulas. Se hace BÁSICO y FUNDAMENTAL conocer la enfermedad medicamente y asesorado por un experto por que tiene que entender muchas cosas que a día de hoy no entiende. Tiene que separar definitivamente el vínculo que le une como familiar por mucho que le duela y tratarlo como enfermo que es. Su enfermo no tiene la capacidad de nada pues tiene la voluntad perdida.
Para poder ayudar a su enfermo, éste le tiene que haber reconocido que es alcohólico en primer lugar. Hasta que no le reconozca que es alcohólico no hay nada que hacer. Solamente cuando le reconoce que lo es, es cuando le tiene que preguntar si quiere ayuda o si quiere curarse. Si la respuesta de éste es que no quiere hacer nada al respecto, entonces debe plantear seriamente la opción de irse...
Muchos alcohólicos tardan en reconocer que lo son e incluso muchos no lo hacen jamás por la sencilla razón de que esto implicará tener que poner solución. Olvidese de las promesas que le haga de que lo va a dejar cuando quiera, de que lo tiene controlado y de que disminuirá su dosis diaria. Él, tiene que aceptar el compromiso de que está enfermo y de qué tiene que poner de su parte.
Si su enfermo no le reconoce que lo es, no podrá hacer nada por que no quiere dejar su hábito, si se lo reconoce solamente así le puede ayudar.
Insisto, por mucho que duela, si él no quiere hacer nada, plantÉese seriamente la posibilidad de que lo tiene todo perdido.
Para ganar esta batalla, hay que estar muy preparado para todo, hasta para discutir con él.
Solo separando su vínculo personal podrá hacer algo por su relación. E insisto, sé lo duro que es, pues fallé a mis familiares y seres queridos hasta la saciedad.
Son los verdaderos héroes de mi historia y de la de todos los alcohólicos que lo superan. Mi respeto hacía todos ustedes.
Siempre suyo,
Jose Placeres.